Estación de Jimera de Líbar – Estación de Benaoján – Cueva del Gato. Visita a la Cueva de la Pileta
Una vez más se tuvo que posponer esta ruta porque el viernes 28 hacía muy mal tiempo. Como también ha ocurrido este año, cada vez que hemos aplazado una actividad, el día ha sido magnífico.
Llegamos a la Estasción de Jimera de Líbar, después de haber disfrutado de unas excelentes explicaciones que nuestro amigo Pedro nos iba dando en el autobús, desde el mismo momento que entramos en la Sierra.
El sendero seguía la margen izaquierda del río Guadiaro desde Jimera a la estación de Benaoján. El sendero también iba paralelo a la vía férrea que llega hasta Algeciras. Los tres caminos: agua, hierro y térreo avanzan por las abruptas laderas de las sierras del Palo y Benaoján por un lado y las lomas del Conejillo por el otro en un paisaje apretado dominado por la encina, el quejigo, el jergen y los árboles de ribera.
Puente del ferrocarril a Algeciras sobre el río Guadiaro.
Cascada, laguna y boca de la
Cueva del Gato
Cuando llegamos a la Estación de Benaoján continuamos hasta la Cueva del Gato, donde almorzamos disfrutando de una vista de la boca de la cueva, de la cascada y del pequeño remanso de agua que ha formado el río. Después de comer fuimos subiendo a la entrada de la Cueva. Impresiona el techo que se ha formado y la cantidad de agua que lleva, aunque nos dijo Pedro que depués de unos días de lluvia, se multiplica su caudal.
Un rato después nos dirigimos al autocar que nos iba a acercar a la Cueva de La Pileta. Entramos un poco antes y el guía y miembro de la familia propietaria de la Cueva, nos fue explicando todo minuciosamente. Es una cueva con un gran valor prehistórico, geológico y ecológico. En esta cueva viven miles de murciélagos, además de algunas especies endémicas. La importancia como yacimiento prehistórico y geológico era evidente.
Estalactitas y estalagmitas de la La Pileta
El Gran Pez
Para mí lo más impresionante fue la manera en la que es presentada, sin luces artificiales ni otras cosas que vemos en otras cuevas. Era muy fácil trasladarse en el tiempo para comprender a quienes la habitaron hace miles de años. La relación tan personal del guía con la Cueva como el interés demostrado por nuestro grupo hizo que la visita casi durase el doble de tiempo del previsto. (1)
Una vez más, una gran jornada senderista y en este caso, también cultural.
(1) Las fotos de la cueva son de Internet, ya que estaba prohibido hacer fotos