VALDES LEAL
El día 25 de marzo, nuestra Asociación, realizó una visita a la exposición de Valdés Leal.
Salimos a una hora prudente y desayunados por lo que nos dirigimos directamente a Sevilla. Allí nos esperaba Reme una de los guías que nos iban a ilustrar esta magnífica exposición.
Al llegar al museo, nos dividimos en tres grupos y a partir de aquí yo solo puedo contar la visita del grupo uno que estuvimos guiados por Rafael.
Antes de empezar hizo una breve reseña histórica del momento en el que se desarrollaba la labor de Valdés Leal. Había seleccionado unos cuantos cuadros y nos hizo ver la técnica que utilizaba y también comparándola a la de Murillo que también lo teníamos en la misma sala. También nos paramos en las esculturas de Valdés Leal, que él también había policromado y oportunamente nos explicó en que consistía esta técnica, lo que nos ayudó mejor a comprender y valorar este tipo de trabajo.
Fue una visita densa, pero al mismo tiempo accesible a nuestro grupo.
La segunda parte la dedicamos a dar un paseo por el museo y partiendo de la pintura gótica y flamenca nos fue haciendo ver los orígenes de la pintura barroca andaluza de Murillo, Zurbarán y el mismo Valdés Leal, que perfeccionan la perspectiva, el uso de la arquitectura para dar profundidad y otros detalles muy interesantes.
Nos detuvimos en el San Jerónimo de Torrigiano, que sería el maestro que iba a influir en todos los grandes imagineros andaluces.
Los otros grupos también salieron muy satisfechos de las explicaciones de los guías y después del almuerzo en el hotel Don Paco, nos dirigimos al Hospital de los Venerables.
Allí después de hacer la preceptiva foto de grupo, nos dividimos en dos grupos.
De esta visita cabe destacar la capilla con sus frescos y del pequeño museo, dos grandes obras: Santa Rufina de Diego Velázquez y San Pedro penitente de Murillo, impresionantes ambas.
Magnífico colofón para un día lleno de arte.
Como guinda, los guías nos acompañaron por el barrio de Santa Cruz y nos fueron contando la historia y relatando alguna leyenda de este singular barrio, donde se encuentra enclavado el Hospital de los Venerables.