Si quisiéramos resumir el día de hoy, la palabra exacta sería sorpresa. Hemos ido de sorpresa en sorpresa, disfrutando de un patrimonio histórico riquísimo mostrado con todo el cariño del mundo por personas del pueblo que han sabido transmitirnos ese amor que sienten por las cosas propias de su ciudad.
Comenzamos la visita en el IES El Convento, donde tomamos un desayuno serrano. Seguidamente conocimos a Silvia que iba a ser nuestra guía y visitamos el edificio donde destaca ese amplio y hermoso patio renacentista y una elegante escalera adornada con una bella balaustrada.
Después nos trasladamos a la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, donde amablemente nos dio la bienvenida el Párroco y Pablo nos explicó con todo detalle la iglesia. A destacar la cantidad de tesoros que guarda, algunos provenientes de otros templos de Bornos que ya han desaparecido. Para terminar tuvieron la deferencia y nosostros el placer de escuchar una pieza tocada para nosotros en el hermoso y magnífico órgano.
En la misma plaza de la Parroquia se encuentra el Palacio y Castillo de los Ribera. Nos impresionó el Claustro, ahora en restauración y luego subimos a la torre desde donde divisamos una magnífica panorámica del pueblo y del pantano. Antes de salir del Palacio fuimos a ver los jardines renacentistas y sorprendernos gratamente con la Logia. En un momento nos vimos trasladados a la Italia del Renacimiento.
Tras la protocolaria foto de grupo delante de la Logia y para recuperar fuerzas nos acercamos a saborear algo típico de Bornos: unos embutidos caseros y unos estupendos chicharrones. Cayeron unas pocas gotas y nos fuimos al Embarcadero a comer. Comida buena y abundante y un servicio agradabilísimo.
Antes de salir volvió a llover y cuando escampó empezamos la subida hacia el autobús, pero fuimos aprovechando para visitar la Casa Ordóñez, donde nos esperaba Álvaro, que nos enseñó esta casa palacio del siglo XVIII. Luego nos trasladamos para visitar el Hospital e Iglesia de la Resurrección. Allí nos explicó detalladamente la historia de esta institución y de la bella capilla anexa donde destaca el artesonado.
Nos despedimos de Álvaro. De nuevo, Silvia que iba a terminar la visita pasando por la Casa de la Cilla, con preciosa portada, donde se pagaba el diezmo a la iglesia.
Finalizamos la visita en las ruinas del Monasterio de San Jerónimo, que esperamos que se pueda poner en valor en los próximos años.
Visita perfectamente preparada por nuestro amigos Asunción y Juan, bornenses que aman a su pueblo y que hoy han dado buena prueba de ello. Se han ofrecido a enseñarlo de nuevo para aquellos que no han podido disfrutar de las maravillas que esconde este pueblo y que todos debemos pregonar adonde vayamos.
En nombre de todos los asistentes, muchas gracias.
Fotografías de Nani y Serafín –>
Fotografías de Paco Torreira –>
Fotografías de Teresa Sánchez –>
Fotografías de Julio C. Santamaría –>
Fotografías de Sebastián Gómez –>