El viernes 19 de mayo, 33 socios senderistas realizaron la ruta de los senderos del Guadalete y el Bocaleones. Magníficamente guiados por nuestro compañero Pedro Sánchez.
Iniciamos nuestra ruta en el puente de la Nava, cercano a la localidad serrana de Algodonales. Allí recibimos una primera explicación por la que supimos de la antigüedad, superior al siglo, de este puente ya en desuso, trazado a principios del siglo XX en la carretera Jerez-Ardales y de su buen comportamiento ante las acometidas del Guadalete. Nuestro guía nos explicó que la ruta se puede dividir, para un mejor conocimiento de la misma, en cuatro tramos:
- Puente de la Nava-Pasada de Madrigueras, en la que vamos por un carril amplio, con el río a nuestra izquierda y explotaciones agrícolas y ganaderas a nuestra derecha.
2.- Pasada de Madrigueras-Pontón de la Ponderosa. Es el tramo más bonito, por una vereda muy cercana al Guadalete y a los cortados de los Cerrajones, donde pudimos disfrutas de la sombra de los grandes fresnos, cruzar los arroyos por puentes de madera y asomarnos al entorno más cercano de la sierra de Líjar y más lejano del macizo de Grazalema.
3.- Pontón de la Ponderosa-Junta de los ríos Guadalete y Bocaleones, ya en el término municipal de Zahara. Destacar de este tramo un acercamiento al cauce, en un antiguo vado con un gran árbol en mitad del mismo y la unión de ambas corrientes.
4.- Junta de los ríos-Pasada del Moral. Abandonado el Guadalete, seguimos al Bocaleones, aunque algo alejado de él. A nuestra izquierda sus afamadas huertas y a nuestra derecha los centenarios olivos productores del apreciado aceite con denominación de origen Sierra de Cádiz. Al elevarnos en algún punto pudimos apreciar mejor la sierra del Pinar donde destacaba el cerro San Cristóbal, la crestería, el pinsapar y el Torreón, con sus 1654 m punto más alto de la provincia. Nos sorprendió la aparición de Zahara colgada de una gran peña, con su castillo en lo alto del que destacaba la torre del homenaje.
Nos llamó la atención la importante cantidad de agua que llevaba el Guadalete explicándonos nuestro guía que hay un compromiso para mantener un mínimo cauce ecológico, con la suelta de agua desde la cercana presa de Zahara, además de abastecer los riegos de los Llanos de Villamartín y del Coto de Bornos.
A medio camino, hicimos una parada para tomar un pequeño refrigerio al lado del río, oyendo el discurrir del agua y el trino de las aves. Allí, como curiosidad, coincidimos con una buscadora de oro.
En cuanto a la vegetación, totalmente relacionada con los cauces fluviales, destaca la presencia de los chopos, fresnos, sauce, álamos, tarajes, adelfas, rosales silvestres, zarzamoras y abundantes herbáceas, algunas aromáticas como el poleo.
La descarga de tormentas en los días anteriores hizo que en el sendero encontráramos grandes charcos, fue la nota a destacar, que nos obligó a sortearlos por los bordes, acumulando barro en las suelas con el consiguiente cambio de botas antes de montarnos en el bus, hecho ya previsto por la organización.
Destacar la gran amabilidad y pericia de la conductora del microbús que nos dejó en el mismo puente de la Nava y nos recogió puntualmente en la pasada del Moral, así como el menú del día, abundante y variado, que nos ofreció la venta Salas de Algodonales.