Los días 13, 14 y 15 de febrero un grupo de socios nos dirigimos a Antequera con una doble intención, por una parte visitar la bella ciudad antequerana y por otra celebrar con nuestros amigos el Día de los Enamorados.
El primer día, salimos temprano y llegamos a Antequera poco más de las 11, después de haber tomado el desayuno en la Venta Los Molinos en Algodonales. Nos fuimos con Victoria, nuestra guía, a visitar la Alcazaba, desde donde se divisaba una panorámica de toda la ciudad y después la Colegiata de Santa María, donde fuimos recibidos por el Infante Don Fernando que nos dio una de las versiones del famoso dicho “Y que salga el sol por Antequera”.
Después llegamos al hotel y descansamos un poquito para pronto comenzar el paseo por el centro histórico de la ciudad. Visitamos en primer lugar el Museo Municipal, situado en el Palacio de Nájera, donde admiramos además del famosos Efebo y un magnífico San Francisco de Pedro de Mena, la obra del pintor Cristóbal Toral, ante cuyas cuadros nos quedamos impresionados.
Continuó la visita por diversos lugares y finalmente visitamos la Iglesia de los Remedios, extraordinario ejemplo del barroco de la ciudad.
El segundo día, el grupo se dividió en dos. Unos fueron a visitar tres pueblos de La Axarquía malagueña: Velez-Málaga, Nerja y Frigiliana; mientras que el resto se quedó en Antequera para realizar la Ruta de las Iglesias y por la tarde los Dólmenes.
Por la noche el esperado baile de San Valentín, no estuvo a la altura de las expectativas, aunque un grupo aguantó el tipo y bailamos un par de horas, a pesar del sitio y el sonido que fueron los más idóneos.
El tercer día subimos al Torcal, pro una neblina que se pega a estas montañas y que los antequeranos llaman “la montera”, nos impidió disfrutar más de aquel entorno y decidimos bajar antes y dar un pequeño paseo por la ciudad.
A pesar de estos pequeños inconvenientes, el grupo, lo más importante del viaje, y la conductora y las guías nos hicieron pasar unos muy buenos momentos. Gracias a todos.
No quiero dejar pasar el motivo de la elección de Antequera para este viaje y para ello transcribo la leyenda de Tello y Tazgona, que tan bien nos contó nuestra guía.
“Él era cristiano y ella musulmana. Tello cayó prisionero en Archidona, por aquel entonces bajo el poder musulmán. La hija del mandatario moro, Tagzona, por curiosidad, visitó los calabozos en los que se encuentra con el apuesto guerrero, enamorándose de él al verlo. Un flechazo a primera vista. Sus religiones les impedían casarse. Es por lo que ambos decidieron fugarse. Pero fueron descubiertos por los guardias que, con el padre de Tagzona al frente, salieron a su captura.
Llegaron a un peñón en las cercanías de Antequera, decidiendo subir a él ya que no podían guardar las distancias con los perseguidores. En la cima, los arqueros del padre musulmán apuntaron a los jóvenes. Ambos se miraron, se cogieron de la mano y se colocaron al filo. No tenían escapatoria. Su destino pasaba por rendirse, ser capturados y separados, pero Tello y Tagzona, unidos por sus manos, se miraron fijamente y se despeñaron, saltando al vacío, prefiriendo morir a ser separados.”
Por este motivo la montaña que guarda la ciudad, además de El Indio de Antequera es llamada la Peña de los Enamorados.
Fotografías de Nani –>
Fotografías de Paco Torreira –>
Fotografías de Eni Barrera –>